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Hachís en seco

   04/27/2022     Técnicas de extracción
Hachís en seco

El hachís seco es una de las técnicas más sencillas y rápidas para realizar un concentrado de cannabis en casa. Es un producto de espectro completo ya que se consigue extraer la mayoría de cannabinoides y terpenos de la planta al eliminar la cabeza completa del tricoma en lugar de disolverlas como ocurre en otras extracciones en las que se emplean disolventes químicos. 


Es el método más antiguo de producir concentrados y, aunque su origen no se ha podido determinar a pesar de las múltiples investigaciones llevadas a cabo, todo apunta al continente asiático, concretamente  a Persia, país que ha sido líder exportador de hachís desde mediados de los años 60. 


En la extracción de hachís en seco no se ha de utilizar ningún disolvente u otro tipo de producto que altere los tricomas de la planta, por eso se dice que se lleva a cabo en “seco”. En su lugar, se emplean utensilios que funcionan con movimiento como son los tamizadores o mallas de distintas micras


¿Qué es el hachís?

El hachís es una sustancia constituida por tricomas o glándulas de resina de la planta de marihuana para la cual no se emplean solventes. La calidad de la misma viene determinada por varios factores entre los que destacan la variedad de cannabis escogida y la forma de cultivo o la forma de cribado, ya que es posible obtener un hachís casi con cualquier cantidad de materia vegetal, así como con utensilios mayor o menor micrado. Dependiendo de estos factores, variará tanto el color como la cantidad y pureza del producto. 



Un hachís de calidad provendrá siempre, en primera instancia, de una variedad de marihuana con alta producción de resina y cultivada de manera orgánica, de forma que aumente sus cualidades organolépticas. La forma de tratar las flores de cannabis influirá en una mayor cantidad de hachís o en un espectro mayor de sabores y aromas. Todo depende del modo en que se lleve a cabo la extracción. 



Cómo hacer hachís en seco paso por paso

Para realizar correctamente una extracción de hachís en seco hay que tener en cuenta que lo que interesa extraer son las distintas glándulas de resina que las flores de cannabis contienen. Éstas tienen un tamaño que puede variar entre las 50 a las 150 micas. El crecimiento dependerá tanto de la variedad como del tipo de cultivo empleado. Por esto, los tamizadores o mallas que se usarán variarán entre estas medidas. 


Primer cribado

Este tipo de extracción suele realizarse en varias cribas para sacar el máximo partido al material vegetal y, a la vez, separar la calidad del hachís obtenido de los distintos cribados. La baja humedad y el frío son las condiciones ambientales ideales para conseguir que se desprendan un número mayor de tricomas. Para conseguirlas, se introducirá el material vegetal a tamizar en el congelador durante, al menos, una hora


Para el primer cribado es recomendable utilizar una malla de 150 micras, el resultado del cual se volverá a cribar para limpiar el bruto y conseguir un hachís de mejor calidad. Para que dicha calidad sea óptima, se han de utilizar las flores congeladas sin triturar y tamizarlas pocos minutos. En cambio, si lo que se busca es un mayor rendimiento, otra opción es triturar un poco la materia vegetal y cribarla durante algo más de tiempo. 


Para evitar perder hachís, el tamizado se debe realizar sobre una superficie antiadherente. El material vegetal utilizado para la primera criba puede volverse a tamizar para sacar una cantidad mayor de hachís, aunque la pureza de éste será inferior. Con el fin de obtener un resultado mayor calidad, la mejor opción es conservar ambas tandas de hachís por separado.


Segundo cribado

Una vez pasada la materia vegetal por la primera malla todas la veces que se considere necesarias, el resultado se vuelve a tamizar pero por una malla de distinto micraje: de unas 50 micras. De esta forma, se conseguirán los mejores tricomas glandulares, obteniendo un producto de una calidad mayor. De nuevo, se podrá repetir la operación aunque irá disminuyendo la pureza del hachís. 



Cuanto más puro sea el hachís en seco, menos residuo dejará en un bubbler y conseguirá un efecto más fuerte. No obstante, aunque con un número mayor de tamizados se consiga una potencia mayor del producto, las cualidades organolépticas irán disminuyendo, ya que se han descartado parte de los tricomas que las contienen. 


Conservar correctamente el cannabis

Antes de almacenar el hachís obtenido, se debe curar en el caso de que no se haya trabajado desde un primer momento con un material vegetal curado. Para llevarlo a cabo se ha de introducir el hachís en recipientes herméticos de cristal a una temperatura de 37ºC aproximadamente. Además, los botes deben ser abiertos cada 3 días para que el aire interior se renueve. Normalmente, la cura dura varias semanas, sobre todo si se utiliza una fuente de calor. 


Respecto a la conservación de hachís, al igual que ocurre con el aceite de CBD,  la mejor forma para que preserve todas sus cualidades organolépticas es mantenerlo alejado de la luz, el aire (el oxígeno oxida el hachís), y la humedad. Para ello, se introducirá primero en un recipiente hermético, a poder ser con el cristal tintado. Una opción es guardarlo en un cajón que no necesite ser abierto a excepción del momento en el que se vaya a recurrir al hachís. Aunque si la intención es conservarlo durante un periodo de tiempo prolongado, la nevera o, incluso, el congelador es la mejor alternativa.


En el caso de querer prensar el hachís con la forma de pastilla característica, se debe tener en cuenta que muchos tricomas se romperán y perderán algunas de sus cualidades y las capas exteriores se oxidarán ráìdamente. Para desaprovechar una cantidad menor de glándulas de resina se suele realizar un prensado ligero con el que mantiene la forma pero sin llegar a prensarlo con fuerza. Cualquier tipo de prensado se debe hacer únicamente cuando el hachís esté seco, de lo contrario las probabilidades de aparición de hongos se elevan exponencialmente, junto con la posibilidad de tener que tirar el hachís. 



Otros instrumentos para hacer hachís seco




La explicada anteriormente es la fórmula más eficaz y productiva de llevar a cabo  una extracción de hachís en seco. No obstante, existen otros métodos de realizarlo mediante otros utensilios, entre los que destacan dos.


  • Extracción con shaker. El shaker es un cilindro que sirve para cribar pequeñas cantidades de flores de marihuana. Es muy fácil de usar: el cannabis se tritura en un grinder, se coloca en el tubo y éste en el congelador durante, al menos, una hora. A continuación se sacude el bote durante dos minutos y en uno de los lados aparecerá el hachís y en el otro el material restante.
  • Lavadoras de hachís. En este caso, se pueden emplear grandes cantidades de flores. Una vez trituradas y congeladas, se introducen en la lavadora y se conecta el motor. No se debe dejar demasiado tiempo, pues empeorará su calidad. 


Con ambos métodos para realizar un concentrado de hachís se puede volver a cribar el material, aunque éste será de menor calidad. 


Estos son los métodos más famosos para realizar  hachís seco, aunque existen otros a base de solventes igual de útiles que varían en la pureza de su producto final. Los más conocidos son las extracciones Ice-O-Lator, y las extracciones de CO2 o hielo seco.

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