Charas: qué son y características
El charas es considerado uno de los concentrados de cannabis más antiguos realizados por el ser humano. Es originario del continente asiático aunque no se sabe con exactitud el lugar donde comenzó a producirse. Se trata de un tipo de hachís elaborado a mano y con un contenido muy alto en THC, utilizado en India en muchos rituales y ceremonias religiosas.
Origen de los charas
El humano lleva siglos elaborando charas, no se sabe con exactitud cuándo ni dónde apareció. Aunque se sabe que el cannabis ha sido utilizado durante muchos siglos por el hombre, el escrito más antiguo que se ha encontrado donde se detalla qué es el chara y cómo se fabrica es en la obra científica “Pharmacographia”, editada por primera vez en 1874. En él se detallan las características de las plantas y sus derivados que se empleaban en medicina británica, donde se incluye el cannabis.
No obstante, en este libro el charas se describe como una “droga terrible y silvestre excluida de la medicina civilizada”, en épocas en las que India era colonia de Gran Bretaña y que, por lo tanto, estaba en contacto con su cultura y sus costumbres. Esta información lleva a pensar que, seguramente, en el continente asiático, el utilizar estos concentrados como una medicina y parte de los rituales religiosos es una tradición que se remonta muchos años atrás, incluso siglos.
Ante estos indicios, y teniendo en cuenta que las plantas originales utilizadas para la elaboración de charas crecen de forma salvaje en las laderas del Himalaya, concretamente en el valle Parvati y Cachemira, se apuesta firmemente por que su origen sea India y Pakistán.
Por su modo de elaboración, el charas es un producto muy puro, pues no se emplea ningún tipo de solvente durante su extracción, ni necesita purgado; por lo que no perderá tricomas. Al realizarse a mano, conserva la gran mayoría de sus terpenos y sus cannabinoides, de ahí su alto nivel de THC y su gran potencia.
Cómo hacer charas
La diferencia fundamental entre el charas y el hachís convencional es la materia prima utilizada. En el caso del hachís, el material vegetal utilizado son cogollos secos, mientras que para el charas este material es fresco, sigue vivo.
Para su elaboración únicamente se necesitan cogollos manicurados con pocas semanas para su completa madurez de una variedad resinosa, y las propias manos. Aunque hay quien dice que sólo se puede considerar chara a aquel fabricado con las variedades autóctonas que crecen en el Himalaya.
Las flores cargadas de tricomas se han de frotar lenta y cuidadosamente entre las manos para que éstos se queden adheridos a las palmas y dedos de las manos formando una capa negra pegajosa, parecida al alquitrán. Cuando la capa es suficientemente gruesa se procede a aunarla en forma de bola o barras. Para ello, se siguen frotando las manos directamente entre sí. Poco a poco se irá despegando y quedando una masa uniforme y brillante de color oscuro.
Para almacenar el producto, normalmente se envuelve en papel transparente, evitando que se oxiden los tricomas de las capas externas, y en diferentes tamaños. De hecho, el charas posee su propia unidad de medida, conocida como “tola”, la cual equivale a 11.7 gramos.
El proceso de extracción de charas es largo y se necesita paciencia, ya que, obtenido correctamente, se tardan aproximadamente 8 horas en producir 7-8 gramos. Esto se debe a que cuanto más despacio se frote, la calidad del producto final será mayor, pues frotando con demasiada fuerza se perderá una gran cantidad de tricomas en lugar de conseguir más resina.
Cómo se utiliza el charas originalmente
Los monjes hindúes conocidos como “sadhus” usan unas pipas especiales para el charas conocidas como chillum. También tienen por costumbre preparar “Bhang” una bebida especial a base de cannabis utilizada, al igual que el sadhus, en ceremonias religiosas. A diferencia de la sociedad occidenteal moderna, en la India el cannabis no cuenta con connotación negativa alguna. Al contrario, la historia apegada a la planta y la tradición en el país la relacionan con un instrumento para llegar a la iluminación y, por ende, a Shaba.
Los momentos de lucidez que aporta la marihuana conduce a que sea muy utilizada como una ayuda en los momentos de meditación e introspección. Además, el hecho de que el cannabis crezca de forma natural en estas zonas de Asia, hace que se encuentre en abundancia tanto en India, como en Pakistán y en Nepal. En algunas regiones, es incluso gratuito.
A pesar de la tradición indú, también se puede utilizar el charas en forma de fina vara junto con tabaco o cannabis seco para quemarlo en un blunt. También puede emplearse de forma convencional en una bong o en una pipa.
El charas original es aquel elaborado con las variedades de cannabis que crecen a orillas del Himalaya en el continente asiático desde hace siglos. No obstante, fuera de estas zonas, se pueden emplear otras cepas caracterizadas por ser grandes productoras de resina. Es el caso de las Kush, variedades excelentes para realizar extracciones originarias de las mismas regiones, o de cualquier otro tipo de cannabis con gran cantidad de tricomas.
Ahora sí, se debe ser precavido con este producto por la alta concentración de THC que contiene. No es apto para cualquier aficionado al cannabis, por lo que el charas se recomienda para aquellas personas con experiencia con las cepas de marihuana más potentes.