Qué es y cómo se hace la extracción de resina con hielo
Una de las formas de extracción de cannabis más limpias que se conocen es la extracción de resina con hielo y agua o Icelator. Con esta técnica se consigue la separación de las glándulas de resina de la materia vegetal de nuestra planta y se puede realizar tanto con los cogollos como con los restos de la manicura. La mayoría de cultivadores utilizan las pequeñas hojas situadas entre las flores y los cogollos pequeños de las ramas inferiores de las plantas para realizar las extracciones. Es importante no utilizar las hojas grandes y sin resina porque solo empeoran el producto final.
Antes de descubrir cómo se realiza esta técnica se debe conocer qué tipo de materiales se necesitan para obtener una extracción óptima.
Material y proceso de extracción de resina con hielo
Para realizar esta técnica, también llamada Bubble hash, además de una buena materia vegetal, se necesitará un pequeño kit con una lavadora o cubo para remover la mezcla de agua, hielo y materia vegetal, así como diversos artículos para la extracción, de los que se hablará más adelante.
Lo primero que se necesita es un juego de mallas para Ice O Lator de diferentes micras para filtrar el agua y atrapar los preciados tricomas. Con estas se pueden separar las glándulas por tamaños y calidades. Dependiendo de varios factores, las glándulas de resina tendrán un tamaño u otro.
Al utilizar agua y hielo, no son necesarias medidas de seguridad especiales a diferencia de lo que ocurre con otros métodos de extracción de resina como el BHO (Butane Hash Oil) o el Rick Simpson Oil.
Es muy importante que la materia vegetal con la que realizar la extracción esté bien congelada para que las glándulas de resina se desprendan con facilidad. Para ello se deja en el congelador hasta que esté todo bien preparado para comenzar.
Si se escoge la lavadora, ésta se llenará de agua y hielo, controlando la temperatura con el termómetro hasta que indique que se encuentra por debajo de los 4 grados. En ese momento se introducen las flores del congelador en una malla con cremallera que trae la lavadora, con la intención de que pase la menor cantidad posible de materia vegetal al agua. Se pone un programa de 10 minutos, ya que si excede el tiempo necesario, se corre el riesgo de arrastrar mucha materia vegetal, disminuyendo la calidad de la extracción. Por este motivo, es preferible realizar una segunda pasada y de esta manera tener dos calidades. Una vez terminado el programa de lavado se pasa toda el agua a través de las mallas.
Aquí entran en escena las bolsas para Iceolator que deben tener una buena calidad, sobre todo de la malla y las costuras, porque han de filtrar muy bien los restos de materia vegetal. En el mercado se pueden encontrar muchas marcas y modelos diferentes, con distintas medidas y unidades. Como mínimo se recomienda utilizar 3 mallas pudiendo usar 6 o más.
Se colocan una dentro de otra en orden de micraje y todas ellas dentro de un cubo. Así se atrapa en la primera malla todos los restos de materia vegetal y en la última los tricomas de glándula más pequeña, sin nada de materia vegetal. En las mallas del medio también se conseguirá una resina de marihuana de calidad.
Una vez el agua pase por todas las mallas quedará en cada una de ellas un montón de glándulas, las cuales se deben recoger con sumo cuidado, dando la vuelta a cada una de las mallas, con ayuda de una cuchara. Normalmente esta extracción está muy húmeda, por lo que es el momento de secarlas colocándolas dentro de un trozo de malla que no deja pasar las glándulas pero si el agua. Dicha malla suele venir incluida con la lavadora.
Por la parte exterior, en contacto con la malla, habrá que presionar un poco con papel de cocina absorbente para quitar la mayor cantidad de humedad. Después se pasa esta resina por un colador con el fin de separarla lo máximo posible, dejando caer las glándulas separadas sobre un tapete de silicona.
Secado y curado de la resina
El siguiente paso sería el secado y curado. Para ello, la mejor opción es hacerlo en un armario oscuro, seco y que se ventile a diario. Así se asegura que no se pudra, aunque el proceso puede tardar varios días. Para saber si está listo se puede coger una porción pequeña entre los dedos y apretar durante 15 o 20 segundos.
Se mueven los dedos como amasando la mezcla para obtener un aspecto homogéneo, más oscuro y que no se deshace. Si por más que se amase no se consigue que se pegue entre sí, es que ha pasado demasiado polvo vegetal a la materia final.
Si se pega bien, se amasa hasta que quede uniforme y se introduce en una bolsita de plástico o en papel de horno. Se puede dejar ahí unos días y observar si se deshace. En caso afirmativo, dejar que se seque un poco más para que se acabe de evaporar la humedad. Una vez seco se puede prensar o esperar a prensarlo justo antes de ser consumido.
Extracción de resina con CO2
Otra técnica relacionada con el agua y el hielo es la extracción de resina mediante el uso de Co2 o hielo seco. En este caso se necesitará una sola bolsa Ice-o-Lator adaptada al tamaño y calidad que necesitemos. Lo más común es utilizar un micraje de entre 120-160.
La materia prima y el propio hielo seco o Co2 tiene que conservarse a la perfección y su uso debe ser muy rápido, porque se evapora a las pocas horas de su creación.
También se necesitará un recipiente de plástico y unos guantes hidrófugos para evitar las quemaduras por frío. Se debe recordar que el CO2 puede causar quemaduras severas si se toca durante unos segundos.
El primer paso será sacar el cannabis del congelador y juntarlo con el hielo seco dentro del tupper o recipiente de plástico. Se remueve un poco sin sacudir para que se congele todo el material vegetal antes de traspasar el cannabis congelado, junto al hielo, a la malla de extracción.
Entonces se dejan los cogollos desmenuzados con un poco de hielo dentro de la bolsa extractora. Se tiene que sacudir con delicadeza la bolsa de arriba a abajo durante unos segundos viendo como poco a poco la resina cae por el tamiz acompañada por el hielo seco, que habrá cambiado a un estado gaseoso. Cuando se haya evaporizado entonces se habrá acabado. Hay que colocar un recipiente de plástico para recoger la extracción, y así recolectar todos los tricomas con facilidad.
Se puede realizar una segunda pasada, con más hielo para poder recuperar más resina, pero la calidad se irá reduciendo considerablemente.
A diferencia de la variante explicada primero, con este proceso la resina obtenida no quedará húmeda en ningún momento, por lo que no hace falta hacer un secado, pudiendo hacer uso de ella de inmediato.
Con estas dos técnicas para realizar extracciones de resina con hielo, se pueden obtener resultados increíbles de forma sencilla y sin ningún tipo de riesgo añadido, como sucede con otros métodos.